Oye, ya sabes lo que dicen, «la experiencia es la madre de la ciencia». Como tatuadores, hemos visto a muchas personas cometer errores al cuidar un tatuaje, sobre todo cuando es su primera vez.
No pasa nada, todos hemos aprendido con el tiempo, pero si estás aquí es porque quieres hacerlo bien desde el principio. Cuidar un tatuaje no es complicado, pero hay ciertos detalles que hacen la diferencia entre un resultado increíble y uno que podría no ser lo que esperabas.
Por eso, hemos preparado esta lista con los errores al cuidar un tatuaje que más se repite, para que los tengas en cuenta y los evites. Al final, la idea es que tu tatuaje quede bien, se cure rápido y puedas disfrutarlo como debe ser.
1. Usar jabones con demasiados químicos o fragancias
Uno de los errores más comunes al cuidar un tatuaje es usar jabones cargados de químicos agresivos, fragancias artificiales o altas concentraciones de alcohol.
Cuando te haces un tatuaje, tu piel se convierte en una herida abierta temporal, lo que significa que cualquier producto irritante puede causar inflamación, resequedad e incluso ralentizar el proceso de curación.
Evite jabones con ingredientes como sulfatos (SLS o SLES), que pueden ser demasiado agresivos para la piel tatuada, o aquellos que contienen fragancias sintéticas, ya que suelen estar formulados con alcoholes irritantes.
Idealmente, el porcentaje de alcohol debería ser mínimo o inexistente en tu jabón. Busca opciones específicas para piel sensible o jabones con un pH neutro (alrededor de 5.5), que respeten el equilibrio natural de la piel.
Un jabón suave y sin complicaciones hará el trabajo: limpiará tu tatuaje sin causar daños ni alterar el proceso natural de curación.
2. No hidratar de manera constante
Uno de los errores clásicos en el cuidado incorrecto de tatuajes es no ser consistente con la hidratación. Mucha gente piensa que echarse crema una vez al día es suficiente, pero durante el proceso de curación, tu piel necesita un poco más de atención. Eso no significa bañarla en crema como si fuera un pastel de cumpleaños, pero sí mantenerla ligeramente hidratada para evitar que se reseque o agriete.
¿Por qué es tan importante? Cuando la piel tatuada se seca en exceso, pueden aparecer grietas o costras más gruesas, y eso puede afectar cómo se asienta la tinta. El equilibrio está en aplicar una capa fina y uniforme, permitiendo que la piel respire mientras recibe los nutrientes que necesita para regenerarse.
Ahora, ¿qué crema usar? Aquí ingresa en opciones de juego como Aquaphor o Bepanthol , dos de las más recomendadas por tatuadores. Ambas están diseñadas para pieles en proceso de recuperación:
- Aquaphor : Tiene una fórmula que crea una barrera protectora, manteniendo la hidratación y ayudando a que la piel se regenere sin quedar pegajosa.
- Bepanthol : Contiene pantenol (provitamina B5), que acelera el proceso de cicatrización y calma la irritación. Además, no contiene fragancias ni alcohol, lo que la hace ideal para evitar reacciones adversas.
3. Deja que se moje demasiado pronto
Uno de los errores más comunes (y graves) en el cuidado de un tatuaje es meterlo en agua demasiado pronto. ¿Sabes esas ganas irresistibles de darte un chapuzón en la piscina, el mar o el jacuzzi? Pues aguantalas. El agua estancada, como la de piscinas o jacuzzis, está llena de bacterias, y el mar, aunque parezca más “natural”, no es mejor: también está cargada de microorganismos que pueden infectar tu tatuaje.
¿Por qué es tan peligroso? En las primeras semanas, tu tatuaje es básicamente una herida abierta. Todavía no se ha desarrollado esa barrera protectora que lo defiende de amenazas externas, y exponerlo al agua puede hacer que las bacterias entren en contacto con él, causando infecciones o problemas en la cicatrización.
Y ojo con las duchas. Aquí no se trata de dejar de bañarte (por favor, sí lávate), pero evita el agua caliente y las duchas largas. El vapor y el calor pueden ablandar demasiado la piel y ralentizar el proceso de curación. Lo ideal es una ducha rápida con agua tibia.
Si alguna vez te preguntas cómo arruinar un tatuaje, mojarlo antes de tiempo está entre los errores principales.
5. No dejar que el tatuaje respire
Esto puede sonar extraño, pero uno de los errores al cuidar un tatuaje es no dejar que la piel respire lo suficiente. Hay personas que, por miedo o desconocimiento, envuelven su tatuaje en plástico o vendajes por más tiempo del recomendado, pensando que así lo protegen. Spoiler: no lo estás ayudando, lo estás sofocando.
Los primeros días después de tatuarte, el vendaje o la película plástica son importantes para evitar el contacto con bacterias y bacterias, pero este no debe ser eterno. Una vez que pasen las horas indicadas por tu tatuador, lo mejor que puedes hacer es quitarlo y dejar que la piel haga su trabajo: respirar y cicatrizar.
¿Por qué esto es importante? Si el tatuaje permanece cubierto más tiempo del necesario, la humedad atrapada bajo el plástico crea un ambiente perfecto para las bacterias. Y créeme, no quieres una infección ahí. Además, un tatuaje que no respira bien tarda más en curarse, y hasta podría afectar el resultado final.
Así que no te asustes al quitarle el “escudo”. Deja que la piel se airee, pero cuídala como te hemos explicado: limpieza suave, hidratación y nada de exponerlo a factores que lo puedan dañar. Dale su espacio, y verás que cicatrizará mucho mejor y más rápido.
Conclusión
Cuidar un tatuaje no es difícil, pero requiere y algo de atención. Evitar estos errores te va a ayudar a conseguir un resultado más duradero y que se vea de 10. Así que ya sabes, sigue estos consejos, mantén la calma y cuida ese tatuaje como si fuera una joya. Si te surge alguna duda o ves algo raro, pregunta a tu tatuador. Estamos para ayudarte en cada paso. ¡Cuida tu piel, cuida tu arte!